1
-Te vas a ir?
-Acabo de llegar.
-Pero te vas a ir, siempre te vas.
-Otra vez?
-Otra vez qué, otra vez si te vas a ir?
-Otra vez si vamos a discutir por lo mismo. No te hagas la irónica.
-Mirá, lo hablamos mucho, es cierto. Pero yo no quiero discutir. Quiero que la pasemos bien, por eso te espero. Te quiero.
-Yo también te quiero. Pero qué se supone que debería responder para evitar la discusión? Vos me preguntás si me voy a ir y yo no sé que decirte. Si te digo que no, vas a creer que me quedo para siempre. Si te digo que si, cuando me vaya van a empezar los reproches y terminaríamos discutiendo.
-No necesariamente. Podrías responderme el jueves que viene. O cuando más te guste.
-Vos si que sos viva, responderte el jueves que viene me obliga a estar una semana acá.
-Tenés razón. Recién llegás. Preparé una comidita que te vas a chupar los dedos. Y tengo un vino muy bueno. Cenemos y hagamos el amor, querés? Porque yo quiero ya, urgente. O mejor, dejemos la cena para después. Qué te parece?
-Estás ansiosa? Me tenés ganas apuradas? Je! Ni lo pienses mi vida, primero el amor. Además, lo sabés, me pone loco que estés así. ¿No estarás perversita también no?
-No, perversita no, estoy que quemo pero bien.
-Lástima.
-Por que?
-Porque yo sí estoy perverso. Mucho. Un asco, ni me preguntes.
-Nene pero vos sos un degenerado, que estás pensando a ver?
-Soy un degenerado es cierto. Pero vos le tenés ganas a este degenerado.
-Tonto, me vas a decir o no lo que estás pensando?
2
-Me quiero dar una ducha. O preferís ir vos primero? Dale andá primero vos así me esperás sexy.
-Y por que no me esperás vos a mi.
-Yo esperarte a vos? Qué tiene de atractivo un tipo en bolas tirado en una cama?
-Bueno, para vos nada. Pero yo veo con mis ojos... Además, si vos me esperás, yo puedo hacer mi entrada.
-Me gustó. Te espero yo. Te adoro. Me ducho, quedo hecho una delicia y te espero. No tardes.
-Tardar yo?
3
-No te puedo creer que hayas cocinado esto
-Por?
-Es una delicia, una exquisitez. Es un plato para invitar a un príncipe.
-No invites a nadie que no va a alcanzar. Además, que príncipe ni príncipe. No seas ridículo querés. Y si vas a invitar, invitá a un mendigo. Y no olvides que invitar, es compartir, ceder parte de lo propio. De lo propio de uno mismo; compartir = partir-con
-Lo decís de filosófica, de irónica o de mala leche nomás? Te estoy elogiando la comida y me salís con un sermón solidario? No sabía que eras tan dadivosa. Si querés discutimos de moral solidaria pero no me hagas una perorata sin sentido.
-Bueno nene, vos también estás muy suceptible. Qué te pasa?
-Que te pasa a vos que reaccionás así.
-A mi nada. Fue un comentario, nada más.
-Es que cuando hacés ese tipo de comentarios siempre traés algo detrás. Me pegás con cualquier excusa para no hablar de la otra cosa que te molesta. Y no sé que te molesta en este caso pero no me lo estás contando. De todos modos me lo imagino.
-Uh... qué película! Estás re-paranóico nene.
-Paranoico yo? A propósito, el vino es muy bueno en serio eh.
-Te gustá? Me alegro. Sabía que a vos te iba a gustar. Es riquísimo pero un poco fuerte para mi paladar.
-Fuerte no, intenso. Poderoso, amplio. Da al paladar una distribución tan
abundante en matices, que tomás un trago y querés tomar sólo vino, y tiene un largo final de boca. Muy largo. Es más, no se si comer y acompañar la comida con el vino, o hacer una pausa en la comida -que repito, es principesca- para solo tomar el vino aunque sea por un momento, y después retomar la comida. Pero tener quince o veinte minutos para el vino. Para quedar a solas con él.
-Ya estas borracho ves?
-Borracho yo? Estás loca.
-Parecés uno de estos payasos que escriben las etiquetas traseras, te faltó hablar de los aromas frutados, las grosellas y los arándanos (en una etiqueta leí “resabios de humo”) Andá, gil.
-Cómo gil? Cómo gil? Qué es esa falta de respeto? Vení acá. Dame un beso.
-Te doy todos los besos que quieras. Qué pasó, te quedaste con ganas? Querés más?
-Más qué? No nena, quiero un beso, dos, diez.
-Yo sí.
-Vos sí qué cosa?
-Uh nene hay que decirte siempre todas las palabras?
-Si querés que te entienda sí.
-Vos entendés.
-Pero me hago el boludo.
-Por qué? Ves que sos malo. Sos malo, sos malo...
-Porque me gusta escucharte decir todas las palabras, perra.
-Igual dijiste que no, así que ahora...
-Bueno, vos conocés la entereza de mis negativas en este plano.
-Sí pero yo no te voy a andar persiguiendo, si querés fenómeno, si no no.
-No es necesario que me persigas. Si me dijeras al oído todas las chanchadas que pretendes hacer conmigo lo más probable es que termine muy comprometido. Tanto que no podría decir que no.
-Aham... Que interesante.
-Te das cuenta, yo también tengo que decirlo todo. Además, no me digas que no sabés eso. Me acuerdo perfecto de cuando recién empezamos. Que puta eras madre del amor hermoso. Que puta.
-Nene!
-Es que es así, mi amor; hoy la palabra puta te dice otra cosa. Pero a mi me sigue diciendo lo mismo.
-La puta cobra.
-Esa es la prostituta.
-Es lo mismo.
-No es lo mismo, de ninguna manera.
-No claro, porque hay plata en el medio, esa es la única diferencia. Porque cuando vos me pedís que sea más puta no me estás pidiendo que te cobre, me estás pidiendo que haga lo que hacen ellas.
-A ver, que hacen ellas.
-Me estás jodiendo no? Me estás cargando...
-Mama mía, y pensar que no te decía puta, te decía que eras putísima y te ponías a mil.
-Era pendeja, ya no me pasa.
-Está bien, no querés que te diga puta. Putita?
-Putita no me jode, me cae simpático.
-Perra?
-Mmmm no, perra tampoco. Sabés que pasa, no es que me joda; es que no me representa. Yo no me siento una perra en la cama. No me siento tampoco una puta. Vos mirás una porno, ves las acrobacias que hacen, las posiciones las cosas que se meten... me abruma.
-Nadie pretende eso.
-A qué viene toda esta conversación?
-No sé, me olvidé yo también. Tenés planes?
-Pensaba ir a lo de Maricel. También tengo que ir al shoping. Pero si tenés una idea mejor...
-No. Hoy pensaba descansar y salir a comer a la noche. Mañana sorpresa. Y pasado ya no sé.
-Bueno si lo que querés es descansar, yo puedo ir de Maricel ahora y estaría de vuelta bastante antes de que salgamos a cenar. Que te parece?
-Una maravila, mandale saludos. Y a Beto también. Una cosa: si cuando volvés me llegás a encontrar durmiendo no me dejes ni un instante. Por favor despertame.
4
-Te vas pasado mañana entonces.
-Dije que no sé. No que me iría.
-Si, pero es domingo, tenés que ir al campo el lunes.
-Puedo faltar. No pasa nada. Puedo quedarme un lunes. También puedo quedarme el martes, y el miércoles...
-Te querés quedar entonces.
-Siempre me pasa esto, me quiero quedar hasta que me quiero ir. Y lo opuesto cuando estoy allá.
-Yo lo entiendo, pero insisto, es una posición muy cómoda y muy egoísta.
-Te puedo asegurar que no es nada cómodo, y en cuanto a egoísta... Yo siempre te dije como era esto. Nunca prometí nada porque, sencillamente, te hubiera engañado. Y no es con vos. Siempre me pasó.
-Entonces?
-Entonces qué.
-Entonces cómo sigue? Quien se fija en lo qué me pasa a mi cuando vos te vas?
-A mi me parece -y esto creo que ya te lo dije alguna vez- que más de la mitad del problema te lo estás haciendo vos con esa melancolía de pensar que me estoy yendo para siempre. Cual sería la diferencia si viviera definitivamente acá pero me fuera los domingos por la noche y no volviera hasta el miércoles?
-Te quedarías más lunes, y seríamos una familia.
-Pero si me puedo quedar más lunes, en serio mi amor, es lo mismo!
-Tendríamos hijos.
-...
-Dije algo malo?
-No, no... No, nada malo mi cielo. Tenés razón, las mujeres siempre tienen razón. No, si yo siempre dije que son seres superiores. Un hombre no se bancaría un embarazo re das cuenta?
-...
-Que pasa?
Continuará, tal vez.